El Tratado de Libre Comercio de Vietnam de la Unión Europea (EVFTA) entró en vigor el 1 de agosto, allanando el camino para un mayor comercio entre la UE y Vietnam.
El EVFTA es un pacto ambicioso que proporciona casi el 99% de la eliminación de los aranceles aduaneros entre la UE y Vietnam. Según el Ministerio de Planificación e Inversión (MPI), se espera que el TLC ayude a aumentar el PIB de Vietnam en un 4,6% y sus exportaciones a la UE en un 42,7% para 2025, mientras que la Comisión Europea ha pronosticado que el PIB de la UE aumentará en 29.500 millones de USD para 2035.
El 65% de los aranceles sobre las exportaciones de la UE a Vietnam se ha eliminado tras la entrada en vigor del Acuerdo, el resto se eliminará gradualmente en un período de diez años. Los aranceles de la UE sobre las importaciones de Vietnam se eliminarán gradualmente durante un período de siete años.
REDUCIR LAS BARRERAS NO ARANCELARIAS A LAS EXPORTACIONES EUROPEAS
La UE y Vietnam han acordado fortalecer las disciplinas del Acuerdo de la OMC sobre Obstáculos Técnicos al Comercio (OTC).
El acuerdo también contiene un capítulo que aborda las Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF), específicamente orientadas a facilitar el comercio de productos vegetales y animales, donde las partes acordaron algunos principios importantes como la regionalización y el reconocimiento de la UE como entidad única.
Estas disposiciones facilitarán el acceso al mercado vietnamita para las empresas de la UE que producen una amplia variedad de productos, incluidos electrodomésticos, TICs y alimentos y bebidas.
PROTECCIÓN MEDIANTE CUOTAS ARANCELARIAS
Solo algunos productos agrícolas sensibles no serán completamente liberalizados, la UE tiene exportaciones vietnamitas limitadas a través de contingentes arancelarios: arroz, maíz dulce, ajo, champiñones, azúcar y productos con alto contenido de azúcar, almidón de mandioca, surimi, atún enlatado.
Un aspecto distintivo de EVFTA es su fuerte enfoque en el comercio sostenible y una visión compartida del trabajo, la responsabilidad social corporativa y la conservación del medio ambiente. Estos valores tienen un gran potencial para mejorar la competitividad de las empresas europeas y sus marcas.